• Fecha de emisión: 05/09/2007
• Código: 2007-21-C
• Valor: $ 30.- (dos motivos de $ 15.- c/u con bandeleta) (pesos uruguayos)
• Diseño gráfico: Rodrigo Laranjo, 5° científico Laura Herrera, 5 año
• Dentado
• Tirada: 15008 de cada motivo
• Tema: Celebraciones/Conmemorativo

EL COLEGIO ALEMÁN DE MONTEVIDEO, 1857-2007
El Colegio en su origen
Hacia fines de 1846 algunas familias de inmigrantes alemanes radicados en la ciudad de Montevideo enviaron al Alto Ministerio Real Prusiano una carta en la que solicitaban una iglesia y una escuela. El proyecto no se concretó hasta 1857 que arribó a Montevideo el Pastor alemán Otto Woysch, con el objetivo de atender las necesidades espirituales y educativas de la comunidad alemana.
El 3 de septiembre de 1857, el pastor Woysch, como primer director y único maestro, fundó el Colegio Alemán de Montevideo con diecisiete estudiantes. El primer salón de clase era en la propia casa del pastor ubicada en la calle Pérez Castellanos No. 108. Su período al frente del Colegio se caracterizó por una amplia tolerancia religiosa y la aceptación de niños de todas las nacionalidades. La propuesta pedagógica se basaba en el juego como medio para aprender y en el rechazo de los castigos corporales. Inicialmente la enseñanza era exclusivamente en alemán, pero luego se incorporaron el inglés y el francés.
En septiembre de 1859 el Colegio pasó a ocupar nuevas instalaciones en la casa parroquial cercana, en la calle Washington No. 82. Para entonces, contaba con 75 alumnos y cinco docentes, que dictaban las siguientes asignaturas: alemán, español, inglés, francés, religión, aritmética, ciencias, geografía, historia universal y canto.
El Colegio se transforma
Durante el mes de abril de 1878 una asamblea de padres de la comunidad alemana decidió la separación entre Iglesia y Colegio. En ese año la institución se mudó a la calle 1º. de Mayo No. 139, en la Plaza Zabala. Asimismo se dispuso que dicho recinto quedara disponible para el uso de la congregación los domingos.
En el año 1892 la institución escolar adquirió personería jurídica con el nombre de Congregación Escolar Alemana. Entre otras obligaciones, debían redactar los estatutos y el registro de las actas en idioma español. En el año siguiente se redactaron los primeros estatutos, que fueron aprobados por el Gobierno de la República Oriental del Uruguay. En el primer artículo se indicaba que el objetivo de la Congregación Escolar era “sostener un colegio público en que se educará a la juventud conforme al sistema educacionista alemán.” En 1908 se elaboraron nuevos estatutos y se cambió el nombre a Sociedad Escolar Alemana, denominación que se mantiene hasta la actualidad.
Hacia fines del siglo XIX continuaba el crecimiento del Colegio, es por ello que en 1893 la Comisión Directiva decide la compra de una propiedad en la calle San José No. 129. El 24 de noviembre de 1895 se inauguró la primera sede propia de la institución. En ese momento asistían 156 alumnos de los cuales 71 eran hijos de alemanes o de padres que hablaban el idioma alemán.
El Colegio en la calle Soriano
El 5 de noviembre de 1910 la Sociedad Escolar Alemana decide comprar un predio en la calle Soriano No. 1658 en el barrio Cordón, con la intención de construir un local escolar. El nuevo edificio con sus “salones altos y luminosos, gimnasio y un área de recreo grande”, es inaugurado el 26 de enero de 1913. El número de alumnos ascendía a 197, “además de los niños alemanes había uruguayos, brasileños, norteamericanos, españoles, franceses, ingleses, italianos, belgas, húngaros, polacos, suecos, pero la mayoría de ellos tenían madres uruguayas”.
En 1920 en el Colegio continuaba el aumento del alumnado y se agregó un noveno año. En todos los niveles se enseñaba en idioma alemán, excepto Geografía e Historia que se dictaban en español.
El 15 de agosto la Comisión Directiva resolvió denominar a la institución Colegio Alemán Hindenburg, en honor al ex presidente alemán Oskar von Hindenburg.
Durante la década del treinta la buena fama que el Colegio Alemán tenía determinó que el 75 % de los alumnos hayan sido de origen criollo, lo que contribuyó a consolidar esa permanencia destacable a lo largo de los 150 años del Colegio, como fue el encuentro de culturas. Tampoco es un dato menor que el Liceo se haya abierto en 1937 y que el número de alumnos en esa controvertida época haya superado los 500.
Como era de esperar los acontecimientos ocurridos en Alemania a partir de 1933, se hicieron sentir en la vida cotidiana del Colegio. Sin embargo, el director que quiso imponer una política educativa alemana del Reich en la institución, Johannes Bieler, no fue renovado en su cargo por la Sociedad Escolar Alemana, razón por la cual ocupó dicha dirección por tan sólo un año. No obstante, y como expresión de la postura anglófila del gobierno uruguayo durante los años de la Segunda Guerra Mundial, el Colegio fue intervenido por las autoridades educativas nacionales desde 1942 hasta el momento de su cierre en 1946.
En marzo de 1946, las autoridades uruguayas revocan la habilitación otorgada al Liceo Alemán. La presión del Estado, la confiscación de los bienes de la Sociedad Escolar Alemana y el egreso de un gran número de alumnos, conducen a su cierre. A pesar de que fue una decisión tomada por la institución, la tristeza y la desolación inundó a todas las personas vinculadas al Colegio.
El nuevo Colegio de la calle Soca
Por iniciativa de la nueva Comisión Directiva de la Sociedad Escolar Alemana, el Colegio Alemán reanuda sus clases el 12 de marzo de 1951 en una propiedad alquilada en Av. Brasil 2802 en el barrio Pocitos.
El 19 de abril de 1951 fue colocada la piedra fundamental del nuevo edificio que hoy ocupa en la Av. Dr. Francisco Soca 1356, igualmente en Pocitos. En el mismo año, el 12 de noviembre, la Comisión Directiva inaugura los primeros salones de clase que fueron ocupados por 120 alumnos.
En los años siguientes, el número de estudiantes aumenta a 1.200 por lo que el edificio central es ampliado progresivamente. La adquisición de solares linderos aumenta considerablemente el predio del Colegio.
En 1965 se inaugura el área destinada a los Gimnasios, con entrada por la calle Gabriel Pereira; consta de un gimnasio chico y uno grande (con escenario), así como de una sala de actos más pequeña, la Sala Humboldt, con un hall de entrada importante.