• Fecha de emisión: 28/12/2005
• Código: 2005-38-S
• Valor: $16 (pesos uruguayos)
• Diseño gráfico: Eduardo Salgado
• Tirada: 15.000
• Tema: Celebraciones/Conmemorativo

En el año 1929 a nivel gubernamental se planteó la necesidad de que la Armada contara con una nave destinada a cubrir los estudios hidrográficos.

Luego de contemplar las propuestas presentadas en la licitación, se asignó la construcción del “Buque Planero” a la Sociedad Española de Construcción Naval, concretándose los trabajos en los Artilleros de Matagorda, en Cádiz.

Una misión de Oficiales, encabezada por el C/C Julio Lamarthée e integrada por los AA/NN Alberto Martorell y Francisco Risso, el G/M Héctor Miralles y los TT/NN Horacio Bogarín y Julio Poussin (estos dos últimos destacados en España por Cursos de Pilotaje), vigilaron las obras, que culminaron con la botadura del buque, en el mes de julio de 1930.

El 1° de abril de 1930 se decretó bautizarle con el nombre de “Capitán Miranda”, en honor al C/N Francisco Miranda, marino destacado y docente en materia hidrográfica.

La nave presentó las siguientes características: propulsión Diesel y a vela, 55 metros de eslora, 8 metros de manga, 3.40 de calado, capacidad para 47 tripulantes.

El 21 de noviembre partió hacia Montevideo, tripulado por los representantes citados de nuestra Armada y marinos españoles, llegando a puerto el 16 de diciembre, donde se efectuó la entrega oficial a las autoridades, y afirmado de pabellón, el 29 de diciembre. La primer misión la realizó 8 meses más tarde, partiendo hacia las costas del Este donde efectuó un prolijo y acabado relevamiento, en una dilatada campaña hidrográfica de aproximadamente un año. Sus resultados se pautaron en múltiples Cartas Náuticas de nuestras costas y mar territorial, experiencias que están recogidas en el libro de Martínez Montero, “Once Meses en el Este”.

Innumerables fueron desde entonces los servicios prestados por el “Capitán Miranda”, dentro de los cuales no podemos dejar de mencionar algunos episodios.

Entre aquellos que debemos recordar se encuentra el accidente ocurrido el 3 de octubre de 1934.

El buque había zarpado de Montevideo, con 40 hombres, al mando del C/C Enrique Milans, para efectuar relevamientos en la zona de Colonia. Ese día, se encontraba fondeado a unos 300 metros de la costa, cuando la lancha con 12 tripulantes, salida del puerto de Colonia, trató de llegar hasta el buque. Estando ya cerca del mismo, la embarcación fue volteada por un golpe de mar, quedando debajo casi todos los hombres que iban a su bordo. La marejada impidió los intentos de auxilio y sólo dos de los náufragos pudieron ser rescatados con vida, falleciendo los 10 restantes.

Otro episodio que amerita destacarse, fue el ocurrido el 15 de noviembre de 1965, en oportunidad del salvamento del Buque mercante “Esquel”, de bandera argentina. El “Capitán Miranda”, recién salido del Dique Nacional, había zarpado el 13 de noviembre para representar a nuestra Armada en la Fiesta del Mar, que se realizaría en 6° Distrito Naval de la República Federativa de Brasil, con asiento en el Puerto de Río Grande del Sur. A la altura de la Barra del Chuy, la navegación se fue haciendo cada vez más dificultosa, terminando en un intenso temporal que anuló las funciones del Radar.

En esa circunstancia recibieron un aviso de la Estación de Radio de la Inspección General de Marina, informando que el carguero argentino “Esquel”, con 15 tripulantes, cargado de trigo con destino a Brasil, había naufragado a unas 30 millas al S.S.E del faro del Chuy. Se encontraban navegando en la zona varios mercantes: los argentinos “Río Belgrano” y “Fletero”, el norteamericano “Del Norte”, el uruguayo “Cebollatí", y además los buques “H.M.S Protector” que iba para también para Río Grande, y algo más alejado el DE- “Artigas”, en viaje hacia Estados Unidos.

Algunos aviones de la Base Aeronaval de Laguna del Sauce, sobrevolaron la zona del siniestro, pero no pudieron avistar a los náufragos, aprestándose también unidades aéreas de la Prefectura brasileña para acudir a la misión de salvataje.

Mientras tanto el “Capitán Miranda” navegó en el mar embravecido informando por Radio a la Inspección de Marina y a la Prefectura que era muy difícil en las condiciones del mar, lograr ver al buque y a los tripulantes.

La búsqueda continuó por más de 7 horas, logrando al fin vislumbrar la luz de una linterna entre las olas, que correspondía a las señales efectuadas desde el pequeño bote salvavidas en el que iban los 15 náufragos del mercante.

Paradójicamente en ese día que comenzaba –15 de noviembre, Día de la Armada- se logró el invaluable rescate de estas vidas, siendo homenajeado el buque y todos los tripulantes que bajo el comando del C/F Ebert Grasso, concretaron este destacable hecho.

Fue el “Miranda” “Héroe del Mar” de la Fiesta en la que iba a participar en Río Grande, recibiendo además meses más tarde, una plaqueta de agradecimiento de los Gremios Marítimos Argentinos, y en particular de los náufragos del “Esquel”.