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100 Años Banco de Seguros del Estado

  • Fecha de emisión: 27/12/2011
  • Código: 2011-44-mp
  • Diseño gráfico: Mary Porto Casas

Reseña

100 Años Banco de Seguros del Estado

Celebración de los 100 años del Banco de Seguros del Estado.

En el sello visualizamos la obra del artista plástico Carlos Menck Freire, sobre la Casa de Rivera la cual fue la antigua Sede del Banco de Seguros del Estado.

Fundado el 27 de diciembre de 1911, el Banco de Seguros del Estado
está presente desde hace un siglo en las grandes obras de Uruguay.
Orientado incialmente a la cobertura de riesgos de incendio,
accidentes de trabajo, granizo y seguros de vida, entre otros, poco a
poco fue instalándose en la mente de cada uruguayo como una
institución que acompaña las causas de carácter social, respaldando el
esfuerzo de cada persona.
Con los años, el Banco de Seguros del Estado se desplegó por todo el
país, instalando sucursales en todo el territorio, reivindicando la
inclusión y evidenciando la visión nacional del mismo desde su
concepción.
La propia historia del país fue quedando registrada en los clásicos
almanaques del Banco, los cuales enmarcaban aquellos grandes momentos
dignos de recordar.
Acompañando la mitad de la historia de un país, el Banco de Seguros
del Estado cumple 100 años como una institución moderna que apuesta al
futuro y a la mejora constante de sus servicios. Eso es lo que hoy
celebramos con este sello conmemoratorio, la historia de una
institución que también es la historia de todo un país.

 

Casa de Rivera


Es patrimonio nacional desde 1975. Ubicado en la esquina de las calles
Rincón y Misiones, el Museo Histórico Nacional se encuentra emplazado
en una casa de tragedias y aventuras. Su historia comienza a
principios del siglo XIX como residencia de la familia Salvañach. Es
en ese entorno que se produce el primer gran crimen que se recuerda en
Montevideo cuando, en una conspiración de esclavos, es asesinada la
viuda de Salvañach el 2 de julio de 1821.
En 1834 la casa es vendida al General Fructuoso Rivera, quien había
dejado hacía poco la presidencia de la República. Años después, en su
segunda presidencia, la casa eleva su jerarquía a ˜residencia
presidencial˜.
En sus salones el general y su esposa Bernardina realizan reuniones en
las que su pequeño ahijado de 4 años, el prodigioso niño músico
Dalmiro Costa, deleitaba a in-vitados y curiosos con sus
impresionantes facultades. Luego de fallecido Rivera, en el año 1853,
la casa tuvo diversos propietarios, hasta pertenecer al Banco de
Seguros del Estado quien la cedió para sede del Museo Histórico
Nacional. Desde allí, Juan Pivel Devoto realizó una obra digna de
mención durante 40 años. La construcción de la casa, tal como la
conocemos hoy en día, fue a través de varias etapas, pero aun así
mantiene una gran unidad de estilo

En una primera etapa se construyeron la planta baja que contaba con un
patio donde se encontraba una escalera que conducía a la azotea y la
planta alta. A una segunda etapa se corresponden gran parte de la
planta alta y el mirador. El mirador de la Casa de Rivera fue
construido hacia el año 1865, prolongando la caja de escaleras. Su
forma es octogonal y está rodeado por dos pisos de balcones y presenta
una cierta influencia árabe.
Estas construcciones eran de uso común y caracterizaban la ciudad. Le
daban una apariencia especial debido a sus casas de azotea blanqueadas
en tonos vivos coronadas por torrecillas cuadradas u octogonales que a
la distancia recordaban los ˜alminares˜ de las mezquitas musulmanas.
El espectáculo de la entrada de buques era el predilecto de los
Montevideanos. Las familias céntricas y relacionadas entre sí,
aprovechaban esas circunstancias para entablar sociabilidad. Los
miradores eran lugares excepcionales para ello.
Otros hechos, de los más significativos seguidos por los montevideanos
desde los miradores de la ciudad fueron: el campamento patriota que
sitiaba la ciudad de Montevideo en 1811; el combate de la patria vieja
en el Cerrito de la Victoria el 31 de Diciembre de 1812; los combates
de Brown en el Buceo, contra la cuadrilla española en 1814; la llegada
de los famosos lanceros de Oribe al Cerrito en 1843 para empezar el
sitio que duro 9 años en la Defensa.

Coordinación Filatelia