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Cámara Uruguaya de Fabricantes de Pastas

  • Fecha de emisión: 07/12/2008
  • Código: 2008-16-me
  • Diseño gráfico: Coordinación Filatelia S/logo

Cámara Uruguaya de Fabricantes de Pastas 

El Correo Uruguayo, como promotor, colaborador y actor directo en la comunicación de nuestra identidad, en rescatar oficios que aún se realizan en nuestro país y que tienen una larga trayectoria e historias a recordar; emitió un sello postal más, que pasará a integrar la serie permanente que denominamos “Oficios” y que hemos decidido emitir a partir de octubre del pasado año, en homenaje a los oficios desempeñados muy frecuentemente en otros tiempos, pero que algunos solamente existen en la memoria de los uruguayos que tuvimos el honor de verlos recorriendo nuestras calles o al entrar en sus instalaciones.
En tal sentido, desde el 6 de octubre pasado, los envíos distribuidos en nuestro país y los destinados al exterior están divulgando imágenes del “Manicero”, “El Organillero”, “El Boticario”, “El Afilador”, “El Peluquero” y “El Panadero”. A partir de esta noche, nos complace contarles, que esta serie  permanente que reverencia a estos trabajadores, contará con otro oficio homenajeado “El Pastero”, diseñado por el pintor Menck Freire, quién también creó las estampillas mencionadas anteriormente.

La historia de la pasta y por consiguiente de sus fabricantes los pasteros, ha sido muy discutida: según algunos fue una mezcla de los conocimientos que tenían los europeos (principalmente los italianos), de los fideos que hacían los chinos y los tomates traídos de America, dando como resultado, la creación de más variedades de platos, como también la forma, grosor y sabor de estas.
La controversia sobre el origen real de las pastas, viajan desde Marco Polo a Vesubio, haciendo deliciosas sus anécdotas como el disfrutar de una buena pasta casera.
En los siglos, XI y XII, aparece, por primera vez en Italia, la pasta seca traída por los árabes, precisamente de Sicilia, entonces bajo su dominio. Se trataban de un tubo de pastas delgadas llamadas “itrya”.
En la mitad del siglo XVI las pastas fueron llevadas a Francia por los cocineros de Catalina de Médicis y recomendadas por el médico de la corte, Paul Jacques Malouin, miembro de la Academia de las Ciencias y profesor del Colegio de Francia. En la segunda mitad del siglo XVIII, apareció en Francia una nueva profesión los “vermicelliers” que usando un aparato con orificios, transformaban la pasta en hilos delgados parecidos a gusanos. En italiano gusano se dice “vermi” y de ahí proviene el nombre “vermicelli”, cuyo sinónimo es la palabra “spaghetti”, palabra napolitana que recién aparece en la mitad del siglo pasado.
La pasta ha sido también la responsable de un avance gastronómico importante. Para cuando los spaghettis se volvieron la comida más popular de los napolitanos, estos se comían directamente con las manos porque los tenedores, que tenían solo dos dientes, no servían para enrollarlos.
En Estados Unidos de América las pastas fueron introducidas nada menos que por Thomas Jefferson, quien también importó la primera máquina para hacer spaghettis.
En cuantos a los métodos de elaboración también fueron progresando con el paso del tiempo.En un primer momento la elaboración solo se reservaba a las mujeres, luego la elaboración industrial de la pasta comienza en el siglo XIX, más precisamente en Nápoles en 1830. El amasado se hacia en artesas, un recipiente cuadrilongo de madera y las extrusión en toscas de prensa de madera, el secado de los fideos se hacía al sol. Posteriormente, la invención de la prensa hidráulica utilizando el vapor y el secado por medios artificiales fueron antecedentes de los métodos actuales.
Su divulgación fuera de las fronteras italianas, también forma parte de la historia de la pasta.
Todos los países situados al norte de los Alpes, aceptaron de buen grado su consumo. Sobre todo los productos de procedencia industrial, ya que gustaban a los niños y, además, eran más baratos.
Después de la cocina china, es la italiana la de más éxito en el mundo. Y es sorprendente el desarrollo paralelo de las pastas alimenticias rellenas.
Las pastas frescas, compradas o artesanales, se han hecho populares y han llegado a todos los hogares, y cada vez son más los cocineros de todos los países que compiten con los especialistas italianos en pastas.
Nuestro país no ha sido una excepción a esta regla, con los inmigrantes italianos, vinieron sus costumbres y con ellas, los deliciosos almuerzos con la familia reunida, disfrutando de las deliciosas pastas caseras de la mamma.