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100 Años Centro Hospitalario Pereira Rossell

  • Fecha de emisión: 09/10/2008
  • Código: 2008-13-me
  • Diseño gráfico: Coor.Filatelia s/logo

100 Años Centro Hospitalario Pereira Rossell

A principios del 900’ comienzan a configurarse y a delimitarse más claramente los roles y funciones del Estado, controlando sectores cada vez más amplios de la economía,  lo que permitió al Uruguay insertarse en el proceso modernizador (iniciado ya en el último tercio del siglo XIX). Al mismo tiempo “…con este proceso el Estado asume un protagonismo en el “control’ de la medicina e incluso en la prestación directa de servicios médicos.” Fue en el novecientos donde se propagaron los hospitales, casas de caridad y beneficencia, como solían ser llamadas entonces. Es desde estos espacios desde donde se realiza el disciplinamiento de las clases populares. Así lo entiende el historiador José Pedro Barrán cuando señala que “…el hospital recién en el Novecientos se convirtió en un espacio real para la enfermedad y la muerte de los pobres.” Poder médico y autoridad hospitalaria se mancomunaron entonces, articulando su vínculo en torno a la creación de hábitos y a la obediencia, es así que “El hospital también fue un recreador del orden social y sus jerarquías.”

Como señalan algunos autores se va produciendo simultáneamente un proceso de “medicalización” de la sociedad civil, es decir, “…una permeación y dominio del imaginario colectivo por el saber y el poder médicos”, alcanzando todos los ámbitos de la sociedad. Se medicalizan también los procesos sociales y biológicos, siendo “…”internados’ en el Hospital: el nacimiento, la vejez, la muerte, la enfermedad mental, la sexualidad “anormal’, la obesidad, la delgadez.” En esta lógica van siendo controlados cada vez más el cuerpo social y el cuerpo humano. El hospital –como institución- y la atención médica, se transforman para el Estado en herramientas de disciplinamiento y acatamiento social. Barrán señala en relación al estudio y experimentación sobre los pobres que “Buena parte de la organización hospitalaria (…), se debía a la necesidad de usar el cuerpo y el alma de los pacientes para observar hechos y conductas y transformarlos en síntomas y saber.”

La bisagra que se abre en los comienzos del siglo XX pone de manifiesto diversas inflexiones comenzando a configurarse socialmente como sujeto de derecho la mujer y el niño. En este marco de cambios conceptuales, es que se inscribe el nacimiento del Hospital Pereira Rossell, que irá conformando identitariamente su perfil institucional, como hospital pediátrico primero, y como hospital de la mujer después. Originalmente fue concebido como casa de caridad y beneficencia y posteriormente, batllismo mediante, como centro de asistencia y protección a la población de menores recursos.

 

Una historia con varias puertas de entradas

 

Los abordajes desde los que podría analizarse la historia institucional del hospital son múltiples. Uno de los trayectos a recorrer podría hacerse pensando en los proyectos edilicios y constructivos que jalonaron la transformación del espacio hospitalario desde el punto de vista arquitectónico. Otro posible enfoque podría estar centrado en las políticas públicas implementadas desde el Estado en relación a la salud y la asistencia pública y los vínculos con la historia de la institución en sus 100 años. Desde este lugar la clave interpretativa estaría en el rastreo de las marcas producidas por estas políticas, posibilitando o inhabilitando según los casos y contextos, el accionar en torno a los proyectos de gestión y administración del centro hospitalario. No debe perderse de vista que si bien se trata de una institución, en un sentido “macro”, es también la historia de las instituciones que contiene, en sentido “micro” (como lo son actualmente fundaciones, organizaciones civiles de voluntariado, etc.; que funcionan con márgenes de autonomía dentro de esa macro institución). Otra ruta a transitar sería el estudio de las concepciones en torno a los niños (desde la óptica de la pediatría) y la mujer (desde la perspectiva ginecológica y de la maternidad), así como los cambios y las transformaciones de estas nociones para cada contexto. Cualquiera de estos posibles itinerarios deberá estar acompañado de mojones cronológicos, cortes y periodizaciones. En esta ocasión abordaremos la historia institucional del hospital a través de una cronología comentada resaltando los momentos más importantes a la luz de las políticas públicas estatales.

 

Reseña histórica

 

Hacia un hospital de niños.

 

A fines de 1900 Alejo Rossel y Rius y su esposa Dolores Pereira de Rossell donan un predio comprendido entre la avenida 18 de julio y el llamado entonces “Velódromo Uruguayo” con la finalidad de construir en el terreno un Hospital de Niños Pobres.

Mediante decreto, el Poder Ejecutivo designó una Comisión de Damas que se encargaría de la recolección de los fondos necesarios para la construcción de dicho establecimiento. Esta Comisión de Damas realizó una gran campaña que involucró a toda la alta sociedad montevideana de la época, la cual se comprometería con la fundación del Hospital de niños. Mediante diferentes fiestas organizadas en el Ateneo de Montevideo y en el zoológico de Villa Dolores se lograría una importante suma de dinero para dar comienzo a las obras.

En marzo de 1901 se concretó la importante donación de Desideria Parma de Beisso y su esposo Alejandro Beisso de un pabellón totalmente equipado que sería destinado a Medicina General, cooperando de esta manera a la más pronta terminación de la obra.

En noviembre de 1901 se realizó un llamado a concurso de planos para la construcción de un Hospital de Niños, siendo elegido el proyecto ganador en marzo de 1902, correspondiente a los constructores West, Acosta y Lara y Guerra.

El 25 de diciembre de 1901, conmemorando la Navidad, se colocó la piedra fundamental, coincidiendo con una fiesta realizada en el Ateneo que culminará el 31 de ese mes para recaudar nuevos fondos.

En junio de 1905 mediante una discusión parlamentaria, en la que se resolvería el reglamento interno que regiría en la institución se le designará al Hospital, “Pereira-Rossell”, quitándose el prefijo “de niños” “…para que sea destinado en parte a servicios de otra índole…”, de esta forma quedaba explícito en la ley el uso del predio para otros cometidos no ceñidos ya exclusivamente a la prestación de servicios a la infancia. Al efecto, los donantes fueron consultados, manifestando su conformidad sobre las reformas que implicaban las modificaciones del destino del nuevo hospital.

En diciembre de 1905 se dicta la ley relativa al funcionamiento del Hospital de Niños Pereira Rossell, donde se decreta que el establecimiento estaría bajo la órbita de la Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública y, donde se señalaba que el régimen interno del Hospital sería “…exclusivamente laico y ajeno a toda corporación o secta religiosa”. Esto último había sido condición del donante Alejo Rossell y Rius. Con la discusión de este punto quedaba abierta la problemática de la secularización en los hospitales y en la asistencia pública en general.

El 22 de febrero de 1908 se inaugura oficialmente la sección de niños del Hospital Pereira Rossell con la asistencia del Presidente de la República Claudio Williman. En el discurso pronunciado por José Scosería (presidente de la Comisión Nacional de Caridad) se mencionaba que lo habilitado hasta entonces (cuatro pabellones) era sólo el comienzo de la obra a realizar, la cual debería comprender “…un pabellón de consulta y observación, dos de medicina, uno de cirugía y otro para infecto-contagiosos en la sección de Niños; una Maternidad con capacidad para cien camas y un pabellón de Ginecología pudiendo albergar igual número de enfermas.” Este plan de obras, junto con otras construcciones previstas se enmarcaban en una reestructura mayor que intentaba resolver el problema de la asistencia hospitalaria en Montevideo, descomprimiendo el ya abarrotado Hospital de Caridad.

El contexto de la inauguración del Hospital estaba encuadrado en una discusión más amplia que abarcaba la reorganización de la asistencia pública bajo un nuevo formato. Es así que ya en 1908 se creó la comisión que analizaría, estudiaría y redactaría  el proyecto de ley creando la Asistencia Pública Nacional. Este proyecto será sancionado en  noviembre de 1910 significando “…desde el punto de vista formal, el fin de la asistencia basada en la caridad”. El año 1910 desde esta perspectiva constituye un punto de inflexión en las políticas públicas referentes a la asistencia, ya que la consagra como deber del Estado.

 

Hacia un hospital de la mujer

Es por esos años que la figura del doctor Augusto Turenne lideraba la formulación de un proyecto que más tarde se volvería realidad, la construcción de una casa para Maternidad. Ya en 1908 la Comisión de Caridad le encargaba la formulación de una propuesta para construir dicho establecimiento. Más que llenar una urgente necesidad se buscaba solucionar un problema social; siendo pensada para encargarse de la protección y asistencia de la embarazada, en el período de gestación, parto y puerperio. En 1909, presentó un proyecto sobre organización de la asistencia obstétrica y, el 25 de diciembre de este mismo año se colocó  la piedra fundamental de la Casa de la Maternidad y Servicio de Protección Maternal. En el discurso pronunciado por el doctor Scosería para ese acto señalaba que “La asistencia que así prestara la maternidad es también obra de reparación y de ayuda moral (…) débil compensación de la injusticia social…”. Se hacía patente la idea de justicia social del batllismo como deber impuesto por la solidaridad humana, que obligaba a reparar las injusticias de la organización social. El 29 de mayo de 1915 se inauguraba la Maternidad y “…lo más significativo es que esta iniciativa edilicia fue la materialización de una idea nueva, impulsada también por él [Augusto Turenne], la de institucionalizar el parto, rodearlo de garantías, dar acceso a las clases más desposeídas…”.  Desde el año 2006 el Hospital de la Mujer lleva el nombre de la primera mujer médica Paulina Luisi, egresada poco después de la inauguración del Hospital Pereira Rossell, en marzo de 1908. Esta médica socialista fue una luchadora incansable por los derechos de la mujer, tanto  a nivel político (el voto femenino), como a nivel social y sanitario, denunciando la persecución que se realizaba a las prostitutas para encerrarlas en el “sifilicomio” Germán Segura.

 

 

Iniciativas y proyectos….

 

Múltiples fueron las iniciativas para lograr la ampliación que demandaba el hospital pediátrico. “En el año 1922 el Consejo Directivo de la Asistencia Pública Nacional programó la edificación de nuevos pabellones destinados a niños enfermos. Los planos fueron realizados por la dirección de arquitectura, pero el elevado costo de las obras impidió que este proyecto fuera llevado a cabo”.

Desde 1927 el Senado trataba la cuestión relativa a la creación del Instituto de Pediatría y Puericultura, pudiendo comenzar a articularse en el año 1930 con el llamado a concurso para proyectos destinado a tal fin y a la construcción de la Sección Niños del “Hospital Pereira Rossell”. En este sentido fue colocada la piedra fundamental el 12 de octubre de 1930.  Estas iniciativas no se vieron concretadas dado que todos los presupuestos presentados superaban el dinero que se había estipulado en las bases del llamado.

A comienzos de la década del 30’con la dictadura de Gabriel Terra se produce un viraje centralizador en las políticas de salud que se materializa en 1934 con la creación del Ministerio de Salud Pública. Ya en 1921 Joaquín de Salteraín en una conferencia dictada en el Sindicato Médico del Uruguay ponía de manifiesto que “El funcionamiento de nuestras instituciones higiénico-sanitarias, se desenvuelve dentro de órbitas distintas, sin medios de ejecución adecuados que permitan llevar a cabo una verdadera profilaxis social” y entendía necesario para subsanar estos déficits la creación de un “frente único”, un Ministerio de Salud Pública. Salteraín planeaba un vasto sistema de reformas prácticas, que serían desde “….el punto de vista técnico, centralista (…), porque sólo así se podrá tener rapidez en la ejecución, disciplina en la marcha y uniformidad en la acción”.

Con la creación del Ministerio de Salud Pública, quedaba unificado el Consejo Nacional de Higiene, con funciones fundamentalmente normativas y la Asistencia Pública Nacional, con funciones asistenciales. El Ministerio sería, como señala Portillo “…el organismo rector de la salud, con una función normatizadora general (legitimación de títulos, control de plagas y epidemias, prevención de enfermedades) y una función asistencial directa sobre aquellos sectores de la sociedad que van quedando al margen de la estructura económica del Uruguay moderno (los indigentes)”.

En octubre de 1933 se inaugura, contiguo al pabellón de Ginecología, el edificio de la sección de Curiterapia Ginecológica (que funcionaba de hecho desde 1929, bajo la dirección honoraria del Doctor Enrique Pouey), haciéndose presente en el acto el entonces presidente de la República Gabriel Terra.

En 1937  se construyó el nuevo pabellón “Alejandro Beisso”, destinado a asistencia externa y servicios administrativos.

El 10 de diciembre de 1948 se envía al Parlamento el proyecto de ley formulado por el Poder Ejecutivo y firmado por Luis Batlle Berres y los Ministros de Salud Pública, Hacienda y Obras Públicas, por el que se arbitraban los fondos para construir en el predio que comprendía el Hospital Pereira Rossell, un nuevo hospital, destinado a niños, con capacidad para 500 camas, los planos habían sido elaborados por el arquitecto Oscar Brugnini en 1946. Dicho proyecto de ley se sanciona el 10 de octubre de 1950.

Recién en 1962 se comienza a construir el nuevo hospital de niños, iniciándose las obras el 30 de agosto de ese año, realizándose con tal motivo, un acto en el que estuvieron presentes el Subsecretario de Salud Pública doctor Aníbal Roig. .

Entre 1962 y 1968 había quedado prácticamente terminada la estructura de hormigón armado.

El ansiado proyecto del nuevo hospital que se había visto postergado por casi dieciocho años cobró un nuevo impulso que se hizo presente cuando en 1969 la Comisión Honoraria para la Recaudación y Administración de Fondos del Hospital Pereira Rossell, empezó a conseguir fondos mediante aportes hechos por la población.

Es entonces cuando “…se comienza a demoler lo viejo, a recuperar lo recuperable y a construir intensamente” , llegando a unir el pabellón Beisso con una unidad de 4 pisos que transforma la fisonomía y el espacio hospitalario dando lugar a una nueva estructura, el Monoblock.

Hasta principios de la década del 80 la obra queda paralizada, siendo recién entonces cuando se comienzan a construir los dos primeros pisos proyectados por el arquitecto Oscar Brugnini en 1946.

En 1988 se realiza una nueva licitación para construir los pisos restantes, los cuales se ponen en funcionamiento en 1996.

En 1993 comienza a construirse la emergencia pediátrica y durante las obras de excavación para su cimentación, fue hallada la piedra fundamental del Instituto de Clínica Pediátrica y de Puericultura que databa de 1930. La misma se abrió en febrero de 2008, con motivo de los 100 años.

 

Un Hospital eminentemente social.

 

Actualmente el Hospital Pereira Rossell, vive un proceso de cambios que se enmarcan en una reorganización de las políticas de Estado en materia de salud. La propuesta del Sistema Nacional Integrado de Salud plasma la concreción de un proyecto que remite al futuro, y que contiene como objetivos fundamentales la universalización al acceso de la salud y mayor equidad, apostando a la calidad en la asistencia y a dotar de mayor sustentabilidad a todo el sistema. Frente a esta coyuntura el Hospital Pereira Rossell, tiende a reforzar y mejorar la calidad de los servicios que presta, tanto en el modelo de atención y gestión como a nivel de su infraestructura. En este sentido es que se han adquirido nuevas tecnologías (resonador magnético, tomógrafo, equipamiento para laboratorios, etc) y se han emprendido nuevas obras de reestructura y reforma en todo el Hospital (cti neonatológico y pediátrico, puerta de emergencia de maternidad, etc).

Hoy como ayer, el hospital tiene como población objetivo de atención, dos sectores sociales de gran vulnerabilidad, como lo son los niños y las mujeres, y dentro de estos grupos, los sectores de menores recursos. Es así que el Hospital tiene un carácter eminentemente social, cumpliendo un rol central dentro del sistema de salud pública.

 

 

Datos aportados por:

Equipo de Investigación Histórica del Centro Hospitalario Pereira Rossell.

Isabel Collazo, Leticia Palumbo y Ana Sosa.

 

COORDINACION FILATELIA