Saltar menú contextual

Centenario del nacimiento de Taco Larreta

Firma de Taco Larreta
  • Fecha de emisión: 15/12/2022
  • Código: 2022-40-ME
  • Diseño gráfico: Gabriel Casas
  • Tema: Celebraciones/Conmemorativo

Su nombre era Gualberto José Antonio Rodríguez Larreta Ferreira, pero todos lo conocían como Antonio Larreta, o más sintéticamente, “Taco”.

Nació en Montevideo hace 100 años, el 14 de diciembre de 1922.

Fue un uruguayo renacentista: actor, dramaturgo, adaptador, guionista de cine y televisión, novelista, ensayista, traductor, director de teatro y cine, empresario teatral, crítico de cine y teatro… No por nada recordaban Jorge Pignataro Calero y María Rosa Carbajal, en su Diccionario Biográfico del Teatro Uruguayo, que Emir Rodríguez Monegal consideraba a Taco “el hombre de teatro más completo que ha producido el Uruguay”. 

Su primera actuación teatral data de 1945: un “Hipólito” de Eurípides que dirigió Alejandro Peñasco y donde Taco, a sus 23 años, trabajó como figurante. Desde esos lejanos tiempos hasta sus últimos años de vida, el teatro fue su mayor pasión, aunque haya brillado en las más variadas disciplinas artísticas e intelectuales.

A los 26 años empezó a escribir críticas teatrales y cinematográficas en el diario El País, mientras seguía actuando bajo la dirección de Carlos Denis Molina, mayormente en el Estudio Auditorio del Sodre. En esa misma época estrena la primera obra de su autoría, “Una familia feliz”, con la recién nacida Comedia Nacional, en el Teatro Solís. 

En 1949  funda el mítico Club de Teatro, uno de los grupos generadores del Movimiento Teatral Independiente. Allí reafirma su vocación por un repertorio universal de máxima jerarquía (Lope de Vega, Cervantes, Giraudoux, Dostoievski, Chejov, Brecht, Schnitzler, García Lorca), dirigiendo espectáculos junto a otros grandes teatristas como Laura Escalante y Pepe Estruch. 

En 1954 viaja a Italia, donde permanece por dos años, y llega a convertirse en asistente de Giorgio Strehler, el célebre director del Piccolo Teatro de Milán. 

Su prolífica producción dramatúrgica continuaría con obras como “La sonrisa”, que dirigió él mismo con la Comedia Nacional en 1950 y “Oficio de tinieblas” (1954), un texto que hoy reasume una inquietante vigencia, porque refiere al aislamiento forzoso que produce una peste mortal. Fue estrenado ese año por la Comedia Nacional, bajo la dirección del argentino Orestes Caviglia.

Desde 1959, Taco fue director artístico de dicho elenco oficial, pero renuncia al cargo para fundar en 1961, junto a China Zorrilla, Enrique Guarnero, Juan Jones y Graciela Gelós, una de las compañías emblemáticas del siglo XX: Teatro Ciudad de Montevideo (TCM).

Se trata del grupo que lidera una época de oro del teatro uruguayo. Llega a presentar hasta ocho espectáculos por año, obteniendo resonantes éxitos de público con un repertorio de alta exigencia, donde tienen cabida clásicos y contemporáneos.

Con el TCM, Taco adapta y dirige obras de Lope de Vega, Maquiavelo, Feydeau, Chejov, Florencio Sánchez, García Lorca, Delaney, Albee, Wesker, Strindberg, Mrozek… Emprenden una gira por Madrid y París y, a pesar de que resulta económicamente riesgosa, cimenta en forma indeleble su fama internacional: en 1961, Taco obtiene el Premio Larra de la crítica teatral madrileña por su puesta de “Porfiar hasta morir” de Lope de Vega. No se hizo problema por las pérdidas que ocasionó a la compañía semejante aventura: de regreso a Montevideo escribió y puso en escena la comedia “Un enredo y un marqués” (1963) y su éxito fue tal, que las compensó con creces. 

Llegaron al país tiempos de turbulencia política. Entre 1963 y 1966 hace crítica desde el semanario Marcha, y con su obra teatral “Juan Palmieri”, obtiene el premio de Casa de las Américas en 1971. 

Un año antes del golpe de Estado de 1973, se exilia en España, donde su extraordinario talento da un nuevo salto cualitativo: se convierte en uno de los guionistas de cine y televisión más exitosos de ese país, con películas que ya son de culto, como “Los santos inocentes” y “La casa de Bernarda Alba” de Mario Camus, “Las cosas del querer” de Jaime Chávarri y “Gary Cooper que estás en los cielos” de Pilar Miró.

En 1976, Sancho Gracia, el popular actor español que había estudiado en Uruguay con Margarita Xirgu, le encarga los guiones de una serie televisiva que haría época: “Curro Jiménez” (una de cuyas remakes llegó a filmarse en Uruguay en 1994, dando trabajo a centenares de actores y actrices compatriotas, coordinados por el inolvidable Jaime Yavitz). 

También fue guionista de otras series españolas vastamente difundidas en el mundo iberoamericano, como “Los gozos y las sombras” y “Goya”.

En España se da uno de sus mayores logros: en 1980 obtiene el codiciado Premio Planeta por “Volavérunt”, una novela acerca de la misteriosa muerte de la Duquesa de Alba, muestra no solo de su refinada pluma, sino también de su exquisita versación histórica. 

En esos años se da el gusto de volver a dirigir teatro, en los teatros María Guerrero y Español de Madrid.

Retorna a Uruguay en 1985, pero eso no impide que continúe escribiendo guiones para el cine y la televisión española: en 1992 obtiene el Premio Goya por su adaptación audiovisual de “El maestro de esgrima” de Arturo Pérez-Reverte.

Y en Montevideo, la Comedia Nacional lo invita a dirigir una nueva versión de “Los gigantes de la montaña” de Luigi Pirandello, en el mismo escenario en que Taco la había montado en 1957: el Teatro Solís. 

Funda el grupo Teatro del Sur, que a pesar de su breve trayectoria, ofreció un repertorio de primera línea, y preside la primera Asociación de Productores Teatrales Profesionales del país.

En 1988 escribe y dirige “Las maravillosas”, también con la Comedia Nacional, obra que fue reestrenada este año por el director Alfredo Goldstein, formando parte de la segunda edición de Nuestra, Festival de Dramaturgia Uruguaya organizado por el INAE. 

En 1989 dirige la película argentina “Nunca estuve en Viena”, protagonizada por China Zorrilla.

Siguió actuando en Uruguay, como cuando protagonizó el “Rey Lear” dirigido por Eduardo Schinca en 1996 y participó en el “Hamlet” de David Hammond (1997), al tiempo que ponía en escena autores europeos que por entonces eran desconocidos en el país, como Bernard-Marie Koltés (“Roberto Zucco”, 1992, con Teatro del Sur) y Tony Kushner (“Ángeles en América”, 1994, con Teatro Circular).

En esos años volvió a escribir en el diario El País y no le faltó tiempo para publicar un libro de investigación sobre la vida del político Villanueva Saravia (“A todo trapo”, en 1999), así como también novelas como “El guante” (2002), la autobiográfica “El jardín de invierno” (2002), “Ningún Max” (2004), “El sombrero chino” (2005), un homenaje entre narrativo y dramático a Virginia Woolf, y “Hola, che” (2007). 

También dio impulso a una naciente industria del cine nacional, guionando y actuando en “La memoria de Blas Quadra” (dirigida por Luis Nieto, 2000) y protagonizó asimismo la película argentina “La ventana” (de Carlos Sorín, 2008).

Además, integró la Academia Nacional de Letras desde 2006.

Taco Larreta falleció el 19 de agosto de 2015, a la edad de 92 años.

En el ya citado Diccionario del Teatro Uruguayo de Pignataro y Carbajal, se afirma con justeza que “todos los aspectos de la actividad teatral han sido tocados por él y en todos ha obtenido distinciones, llamando la atención su conocimiento del teatro universal, su dominio de varios idiomas y su vasta cultura general, todo junto al servicio de un sentido y un oficio crítico refinados y rigurosos”.

Reseña: Álvaro Ahunchain