Serie Primavera - Árboles Autóctonos
- Fecha de emisión: 21/09/2016
- Código: 2016-27-s
- Valor: $80 pesos uruguayos
- Diseño gráfico: Gabriel Casas
- Artista plástico: Elbio Arismendi
- Dentado
- Tirada: 15.000 series (60.000 sellos)
- Imprenta: Sanfer Srl
- Plancha: Compuesta por 8 sellos (2 series)
- Tema: Naturaleza
- Serie: Primavera
Reseña
Serie Primavera 2016
Árboles Autóctonos
Ibirá-pitá (Peltophorum dubium)
“Ibirá-pitá”, “Árbol de Artigas”, “Cana-fístula”, de la familia Leguminosae, Caesalpinoideae.
De grandes dimensiones, de 20-25 metros de altura. Enorme. Tronco recto. Follaje verde claro, caduco. Hojas compuesta, bipinnadas, grandes, 7-16 yugadas. Folíolos numerosos con nervadura central. Sus floresde 2 cm de diámetro, dispuestas en grandes panojas terminales. Corola de pétalos amarillos muy vistosos. Florece en verano y principios de otoño.
Su fruto legumbre indehiscente, chata, coriácea. Con aspecto de sámara, color castaño. Semillas cilíndricas de testa dura. Su habitat a orillas de ríos y arroyos. Área de dispersión: América subtropical. Sur del Brasil, noreste de Argentina y Paraguay y norte del Uruguay. Sin resultar común, el ibirá-pitá es un árbol nativo que se ha ganado un lugar destacado dentro de montes silvestres y espacios verdes urbanos. En su habitat, resulta notable por su gran porte, formando parte del dosel superior, a veces, con ejemplares gigantescos que pueden emerger del techo enmarañado de la jungla. En la ciudad, en cambio, su floración profusa no pasa inadvertida. Su copa se llena con densos conjuntos de flores amarillas, toda una delicia para quienes tienen balcones a esa altura. Hay individuos añosos en calles, donde asume un porte elevado compitiendo con los edificios por exponerse primero al sol.
Su nombre común proviene del guaraní y significa árbol o madera roja, en alusión al hermoso colorido de su leño, que tiene tintes rojizos y puede presentar tonalidades entre castañas y coloradas a rosadas y moradas. Posee usos variados: carpintería (madera), curtido de cueros (corteza) y medicinal (hojas, flores y frutos).
Este magnífico árbol da buenos resultados plantado en avenidas anchas y bulevares, donde también se destaca por su follaje verde intenso, tan particular.
Lapacho rosado (Tabebuia heptaphylla).
También conocido como ”Lapacho”, “Ipé”; de la familia Bignoniaceae.
Árbol que alcanza los 12 metros. Tronco recto, muy ramificado, copa extendida, oscuro. Su follaje Caduco. Es característico que las hojas se desarrollan luego de la floración.
Las hojas Palmaticompuestas, opuestas. Con 5 folíolos (de 8 a 10 cm de largo) pedicelados, glabros, elípticos de ápice agudo o acuminado, de borde dentado. Pecíolo de 6 a 8 cm.
Las flores en racimo corimboso. Grandes, rosadas, corola gamopétala con tubo vellosos en su parte inferior. Caliz, tubuloso. Florece en primavera, antes de la foliación. Su fruto capsular de 30 a 40 cm de largo, con numerosas semillas bialadas, con aspecto de sámara. Su hábitat, márgenes e islas del Río Uruguay.
Área de dispersión: Sudamérica tropical y subtropical, Brasil y Argentina, y litoral Norte del Uruguay.
La madera de Lapacho es utilizada en carpintería por su excelente calidad y resistencia. El lapacho rosado, es una especie arbórea nativa de América, prefiere suelos arenosos y húmedos. Su follaje sumamente distintivo por sus vistosas flores rosadas, que aparecen cuando aún se encuentra desprovisto de follaje, a finales del invierno. Su madera se aprovecha en construcción, y a la infusión de su corteza se le atribuyen propiedades medicinales.
Es un árbol de buen porte, pudiendo alcanzar los 8 dm de diámetro en el tronco y los 30 m. de altura, de los cuales 10 corresponden aproximadamente al fuste. La copa es semiglobosa, con el follaje concentrado en su parte más alta. Es caducifolio.
Las hojas se presentan opuestas y pecioladas. Muestran por lo general 5 folíolos, ligeramente aserrados, aunque a veces llegan a 7; éstos son elípticos y lanceolados, de 5 a 6 cm × 4 a 9 cm con el margen entero en la mitad inferior y levemente dentado en la superior. En el vértice de la nervadura media con las secundarias muestran un mechón de pelos. Las flores aparecen en el hemisferio sur entre julio y septiembre, antes del rebrote. En el hemisferio norte, desde México hasta Colombia la flor brota entre los meses de enero y febrero. Son grandes, de forma tubular; la corola es por lo común rosada o morada en esta especie, aunque excepcionalmente se presenta blanca, y supera los 4 cm de largo. Se divide en cinco lóbulos rizados, cuya garganta presenta estrías más oscuras. La flor muestra 4 estambres, amén de un estaminodio. El fruto es una cápsula cilíndrica y estrecha, dehiscente, que contiene numerosas semillas aladas. La corteza, de color castaño grisáceo, es dura y difícil de desprender; la medicina popular la emplea para las afecciones renales o vesicales. La madera es de un agradable color amarillento, apenas veteada, y muy dura y pesada (0,935 kg/dm³); por su contenido en taninos es muy resistente a la intemperie. Aunque se emplea relativamente poco en mueblería, debido a la dificultad de su trabajo, se aprecia para piezas de exterior por su dureza e impermeabilidad.
Ceibo blanco (Erythrina crista-galli var. Leucochlora)
Llamado comúnmente ceibo blanco, o seibo blanco, es una variedad encontrado originalmente creciendo silvestre en el este del Uruguay. Se destaca por sus flores notablemente blanco-níveas, las que contrastan con las tradicionalmente rojas del genotipo de la especie, el «ceibo común» o «ceibo del Plata», un árbol de la subfamilia Faboideae originario de Sudamérica, donde se encuentra en el centro y norte de la Argentina, el centro y sur del Brasil, Paraguay, el este de Bolivia y todo el Uruguay, siendo sus flores la flor nacional de Argentina y Uruguay.
El ceibo blanco es similar al ceibo común, pero posee el follaje glauco y las flores blanco-níveas.
El ceibo blanco fue dado a conocer en el año 1961 por Atilio Lombardo, un destacado botánico y horticultor uruguayo.
Es un árbol de mediano porte, aproximadamente de 5 a 8 m. Su raíz es pivotante, con nudosidades producidas por bacterias nitrificantes que viven en simbiosis, facilitando a esta la absorción del nitrógeno que fijan y de la cual toman las sustancias orgánicas que elabora.
El tallo es leñoso, tortuoso, irregular, de ramas con espinas que forman una capa sin forma definida y mueren tras la floración. Las flores, dispuestas en inflorescencia arracimadas, son pentámeras, completas y de simetría bilateral. Su color es blanco níveo. Las plantas florecen de octubre hasta abril. El cáliz es gamosépalo, como un pequeño dedal. Forma con la corola un perianto donde sépalos y pétalos son de color semejante, pero de forma distinta. La corola, semejante a la de Phaseolus vulgaris, es amariposada, pero se diferencia de esta en que el estandarte, que es el pétalo más grande, se dispone en la parte inferior. Los pétalos llamados alas, son muy pequeños y están prácticamente escondidos dentro del cáliz. Los otros dos pétalos se sueldan a veces parcialmente y forman la quilla o carena, sirviendo de protección a los órganos de reproducción. El androceo consta de diez estambres, uno libre y nueve unidos por sus filamentos (androceo gamostémono). El gineceo, unicarpelar, está entre los estambres soldados, a la manera de un cuchillo en su vaina. El fruto es una legumbre monocárpica, seca, de hasta 20 cm de longitud, de color pardo oscuro. Las semillas, de forma cilíndrica, se disponen espaciadamente en el interior de la vaina. Su color es castaño. El embrión que contienen posee cotiledones hipogeos, que al germinar quedan debajo de la tierra.
El hábitat original del ceibo blanco es el valle del río Cebollatí, en el este del Uruguay.
Durante décadas se lo trató como una variedad del «ceibo común»: Erythrina crista–galli var. leucochlora Hay características del ceibo blanco que hacen que se destaque entre la flora nativa del país: el ceibo blanco sólo se encontró en estado silvestre en territorio del Uruguay; este país no posee abundante flora endémica; y la flor del ceibo común ya es la flor nacional uruguaya.
El primitivo origen de todos los ceibos blancos es un viejo ejemplar situado en el «furao Del Lavadero», «laguna Laurel» o «laguna de las Lavanderas», en el valle del río Cebollatí en la 6ª sección del departamento de Rocha, próximo al límite con el Departamento de Treinta y Tres, en el este del Uruguay. Su hábitat es una franja de monte silvestre de 300 metros por 40, rodeados por arroceras y bañados; allí es el único ejemplar con estas características.
Registrado sólo en el Uruguay.
Jacarandá (Jacaranda mimosifolia)
Entre fines del siglo XIX y comienzos del siguiente, estos árboles fueron elegidos para emplearlos en las nuevas plazas y los parques de cascos en estancias. El Jacarandá, junto al palo borracho y la tipa (en menor escala, el ombú) tuvieron ese extraño privilegio cuando mucho de lo que se hacía en el país buscaba parecerse a lo foráneo.
El Jacarandá o tarco se ganó el afecto de la población y hoy en día sigue constituyendo uno de los árboles oriundos del país más empleado en las zonas templado cálidas. Cuenta a su favor cualidades irremplazables. El follaje está dividido finamente, de manera grácil como los helechos. En primavera, surgen densos ramos florales de una suave tonalidad violeta azulada, que cubren toda su copa.
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