En julio de 2005 el portugués Paulo Magalhães concretó una idea que combinó su afición a enviar y recibir cartas y postales con su profesión de ingeniero informático. Así surgió Postcrossing, la mayor plataforma de intercambio de tarjetas postales del mundo.

Por cada postal enviada, los usuarios de Postcrossing reciben otra de otro participante de cualquier parte del mundo. Los destinatarios se eligen al azar entre los que han enviado más postales de las que han recibido. De este modo nadie se queda sin recibir una postal.

Según datos de la plataforma, a través de esta modalidad de postales cruzadas se han enviado desde 2005 casi 47 millones de tarjetas. El sitio cuenta con más de 726 mil usuarios activos de 214 países.

En Uruguay hay 43 usuarios registrados, que hasta ahora enviaron 2063 postales y recibieron 2000. Estos datos son parte de la abundante información que se presenta en su web, donde se pueden encontrar rankings y estadísticas, distancias recorridas por las postales, usuarios con más postales enviadas y países más activos.

El funcionamiento de Postcrossing es sencillo y gratuito, el único gasto del usuario es el costo de la postal y el franqueo. Si bien el sitio está en inglés, cuenta con una gran base de participantes que hablan o comprenden español.

Magalhães tiene claro lo que el proyecto puede aportar en esta era de redes sociales y comunicación predominantemente digital, así lo ejemplificó en una entrevista con El País de Madrid: “Alguien desconocido se toma el tiempo de elegir una postal para ti; escribe a mano un mensaje único; le pone un sello y la envía por correo; la tarjeta viaja, cruzando fronteras, hasta llegar a manos del cartero que la deja en tu buzón. ¿Quién será tu próximo destinatario? ¿De dónde llegará una nueva postal? Este elemento de sorpresa hace atractivo el postcrossing. Nos saca de nuestra burbuja y nos permite descubrir a personas de raíces, edades y creencias diferentes a las nuestras”.